Me estoy refinando
un libro muuuuy cañón , se llama Nacidos Para Correr … jajaja creí ingenuamente que el que había leído anteriormente
de Murakami acerca del mismo tema sería
algo así como un “standard”, pero este nuevo tiene aunque con que defenderse,
entrados en el contexto tiene muchísimas anécdotas con las que me he sentido
identificado, muchas otras de ellas las
he vivido aunque naturalmente con sus respectivas variantes … y si me considero corredor, a pesar de ser
un obeso con la pisada dispareja, con tendencias anti comerciales (motivo por
el cual jamás o casi nunca cuento con los tenis adecuados para hacer ese tipo
de actividad) jajaja y ni hablar de tener buena técnica, (creo que si me grabaran me pasaría
lo mismo que al autor al ver el video) …… En fin lo que quiero compartir es una de entre todas las anécdotas
personales y que no es ni siquiera una tramo que haya yo corrido o trotado por otra cosa que respeto propio ….. hace ya muchos años , en Tincontlan tierra
donde radican muchos de nuestros parientes Cuenca (cuenquis solo para los cuates). En lo que podríamos considerar un día común para
ellos, muy temprano nos levantamos para acompañarlos y visitar la “milpa”, como buenos chilangos nos fuimos acomodando
uno a uno en el tractor que nos llevaría unos cuantos kilómetros adelante a visitar el mencionado paraíso,
que incluiría la visita a un riachuelo y
por supuesto un bastante coqueto tramo de naturaleza. Durante el proceso El “tio”
Leonor Q.E.P.D. (Un hombre de aproximadamente 70 años en aquel momento, delgado, pero correoso, sereno , pero con carácter imperativo , de
hecho líder indiscutible de la familia ), preparaba su machete y daba instrucciones ,
los que esperábamos y no habíamos ido nunca antes comenzamos a preguntarnos donde
se iba a sentar el ”tio” ya que al
parecer los asientos que se habían acondicionado en la parte trasera de dicho
tractor parecían estar ya todos ocupados,
cuál fue mi sorpresa al momento que encendieron el tractor…. DON Leonor comenzó
a trotar detrás nuestro marcando el paso y solo levantando la mirada como para
asegurarse de que nadie estuviera incomodo …. No pude evitarlo, no podía permanecer
sentado más tiempo y como autómata salte del tractor y trate de seguirlo , solo para darme cuenta que
en realidad Don Leonor … estaba bien cabron ….
Leí en este mismo libro acerca de señores Tarahumara que trotan 40 km
siendo viejos, creo que es demasiado, me conformo con saber que tengo en
la sangre algo de esa fuerza, de ese espíritu, espero poder a una edad como esa
hacerlo con la naturalidad que mi tío Abuelo me dejo atrás aquel día.
´n___n