miércoles, 24 de septiembre de 2014


Me estoy refinando un libro muuuuy cañón , se llama Nacidos Para Correr …  jajaja  creí ingenuamente que el que había leído anteriormente de Murakami acerca del mismo tema  sería algo así como un “standard”, pero este nuevo tiene aunque con que defenderse, entrados en el contexto tiene muchísimas anécdotas con las que me he sentido identificado, muchas otras de ellas  las he vivido aunque naturalmente con sus respectivas variantes  … y si me considero corredor, a pesar de ser un obeso con la pisada dispareja, con tendencias anti comerciales (motivo por el cual jamás o casi nunca cuento con los tenis adecuados para hacer ese tipo de actividad) jajaja   y ni hablar de tener  buena técnica, (creo que si me grabaran me pasaría lo mismo que al autor al ver el video) …… En fin lo que quiero  compartir es una de entre todas las anécdotas personales  y que no es ni siquiera  una tramo que haya yo corrido o trotado  por otra cosa que  respeto propio …..  hace ya muchos años , en Tincontlan tierra donde radican muchos de nuestros parientes  Cuenca (cuenquis solo para los cuates).  En lo que podríamos considerar un día común para ellos, muy temprano nos levantamos para acompañarlos y visitar  la “milpa”,  como buenos chilangos nos fuimos acomodando uno a uno en el tractor que nos llevaría unos cuantos  kilómetros adelante a visitar el mencionado paraíso, que incluiría la visita a un riachuelo  y por supuesto un bastante coqueto tramo de naturaleza. Durante el proceso El “tio” Leonor Q.E.P.D. (Un hombre de aproximadamente 70 años en aquel momento,  delgado, pero correoso,  sereno , pero con carácter imperativo , de hecho  líder indiscutible de la familia  ),   preparaba su machete y daba instrucciones , los que esperábamos y no habíamos ido nunca antes comenzamos a preguntarnos donde se iba a sentar el ”tio”  ya que al parecer los asientos que se habían acondicionado en la parte trasera de dicho tractor  parecían estar ya todos ocupados, cuál fue mi sorpresa al momento que encendieron el tractor…. DON Leonor comenzó a trotar detrás nuestro marcando el paso y solo levantando la mirada como para asegurarse de que nadie estuviera incomodo …. No pude evitarlo, no podía permanecer sentado más tiempo y como autómata salte del tractor y  trate de seguirlo , solo para darme cuenta que en realidad Don Leonor … estaba bien cabron ….  Leí en este mismo libro acerca de señores Tarahumara que trotan  40 km  siendo viejos, creo que es demasiado, me conformo con saber que tengo en la sangre algo de esa fuerza, de ese espíritu, espero poder a una edad como esa hacerlo con la naturalidad que mi tío Abuelo me dejo atrás aquel día.

 



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